miércoles, 27 de noviembre de 2013

La Mímica, El Gesto y El Movimiento

La obra teatral “Las Criadas” tiene la particularidad de llevarse a cabo en un solo escenario, que representa la habitación del personaje La Señora. Esto conlleva a que los movimientos se efectúen en cuanto a entradas, salidas y acciones dentro de la habitación.

Por su parte, los gestos tienen que ver principalmente con la actitud de las manos, piernas, la cabeza y el cuerpo entero, con el fin de comunicar signos.

Asimismo, la mímica corresponde a las acciones faciales que forman parte de la expresión corporal y que permiten visualizar físicamente las emociones, sentimientos, y en muchos casos, las palabras que no se dicen verbalmente.

La obra comienza con Clara y Solange. Clara imita a La Señora, por lo que sus gestos deben ser similares a ella, de modo que si La Señora actúa con voz rígida y movimientos rápidos, Clara en su imitación también la representará de esa manera. Por su parte, Solange se representa a sí misma como criada, donde sus gestos se mantendrán fuertes y bruscos en casi toda la obra; debido a su condición de hermana mayor y a su fuerte temperamento.

En el momento que imita a La Señora, Clara mantiene una actitud prepotente y retadora, la cual lo demostrará con una postura rígida y una expresión de superioridad en su rostro. Por su parte, Solange mantendrá una actitud sumisa pero su mímica denotará fastidio por las exigencias de Clara y severidad durante sus respuestas.

En la escena inicial, Clara le pide a Solange que le busque un vestido junto con un par de zapatos mientras se mantiene sentada en la cama. Solange ayuda a Clara a colocarse el vestido pero cuando se inclina para acomodarle la cola, Clara, dando señales de asco, la empuja con un pie haciendo que Solange se caiga al piso. Comienzan a discutir, Clara mueve mucho las manos y Solange escupe sobre el vestido para luego darle un bofetón a Clara. Clara queda perpleja, sorprendida, mientras que Solange aprovecha su actitud para tomarla del cuello e intentar ahorcarla. Momentos más tarde suena el despertador y ambas vuelven a ser criadas nuevamente.

Clara como criada es una muchacha temperamental. Es la hermana menor de Solange, por lo que siente cierta inferioridad la cual la impulsará a actuar a veces de manera impulsiva y agresiva, solo para demostrar su fuerza ante su hermana. En este momento, Clara, agotada, se acuesta en la cama, mientras Solange preocupada intenta acomodar el desorden de la habitación. Paralelamente discutirán, siendo Clara más acusadora que Solange, en lo que suena el teléfono. Clara se levanta corriendo de la cama, lo coge con miedo, mientras Solange intenta acercar el oído al auricular pero su hermana no se lo permite, apartándola con las manos. Al terminar la conversación telefónica, Clara dejará el auricular descolgado y con manos temblorosas, su expresión facial será de preocupación; la de Solange será de intriga y posteriormente de pesimismo.

Clara se sentará en la cama nuevamente con una mirada perdida y pensativa, mientras Solange caminará en círculos hasta detenerse. Se arrodillará frente a Clara y la tomará por las manos, primero dulcemente y después con repugnancia, por lo que Clara se levantará molesta. Entonces, Solange nombra al Gardenal, Clara comenzará a cantar y a bailar de felicidad. Clara saldrá por la izquierda, mientras La Señora entrará por la derecha.

La Señora, al igual que Clara y Solange, tiene aires de bipolaridad. A pesar de tener un carácter rígido cuando da alguna orden a las criadas, su actitud pasará de un estado casi melodramático por el encarcelamiento de su esposo, a un rostro brillante y feliz cuando se entere de la buena noticia.

Al entrar La Señora, Solange cambia radicalmente su actitud y adopta la sumisión, colocando en varios momentos la cabeza gacha salvo aquellos en los que La Señora se dirige a ella. Toma el abrigo de La Señora, quien habla tristemente sobre su esposo y su desgracia, esta tiene gestos tristes al igual que débiles. En cambio, Solange se mantendrá firme en todo momento. En esta escena La Señora se sentará y levantará varias veces y luego se acercará a sus vestidos y los mirará tristemente por su desdicha. Entonces, le pide a Solange un cigarrillo, quien lo buscará pero luego tendrá que guardárselo en el bolsillo cuando La Señora la aparte con la mano, para seguir hablando.

Clara entra por la izquierda con una taza de Tila en la mano y Solange, cada vez que mire a Clara, será con los ojos bien abiertos, señalando con la boca o la cabeza hacia la Tila o a La Señora. Entre tanto, a Clara se le escapa decir que El Señor había llamado, la actitud de La Señora en ese momento cambia. Se levanta rápidamente y manda a Solange a pedir un Taxi para encontrarse con su esposo. Solange sale por la derecha. Clara le ofrece la Tila a La Señora repetidas veces pero esta no la toma y le habla mientras Clara hace gestos de querer irse, cuando La Señora no está mirándola. Finalmente La Señora sale por la derecha y entra Solange por la misma puerta.

La actitud de ambas será en un principio de reproche y se hablarán mirándose fijamente y moviendo los brazos en señal de acusación. Luego Clara comienza a actuar como La Señora. Enseguida entran en personaje y la discusión se vuelve más intensa. Solange toma fuertemente a Clara por el brazo mientras esta intenta huir y su expresión facial se convierte en la representación del miedo; luego la coge del cuello y la hace colocar de rodillas para darle un empujón final. Clara queda inmóvil cerca de la cama como si estuviera muerta. Solange enciende el cigarro que había guardado en el bolsillo pero tose y lo deja rápidamente. Su actitud es triunfante. En ese instante, entran el inspector y el policía. Solange sigue hablando, mientras ellos levantan a Clara por los hombros para llevársela. Se apagan las luces, Solange gritará  hacia el público moviendo los brazos, con mirada de superioridad. Se encienden las luces nuevamente, los policías no están y Clara se encuentra cerca de la cama donde había caído.

Clara se levanta como si nada hubiera pasado, como si todo hubiese sido una actuación para un público imaginario y continúa la conversación con Solange, aún imitando a La Señora. Se sienta sobre la cama y le pide a Solange la taza de Tila. Solange se queda inmóvil, observándola extrañada. Clara la obliga con un duro gesto y Solange finalmente se dirige a la mesa donde se encuentra la Tila y la acerca lentamente a Clara mientras repite como un robot lo que dice su hermana. Cuando está muy cerca vacila por última vez si darle o no la taza pero el rostro decidido y fuerte de Clara le hace darle la Tila. Clara cae muerta en la cama. Solange, mirando una vez más al público con mímica de rendición, se arrodillará levantando los brazos cruzándolos como si estuviera esposada. Se apagan las luces.

Importante es destacar que los personajes de “Las Criadas” no son estables sino más bien bipolares, dando como resultado una obra con una mímica muy expresiva, ya que debido a la rapidez de los cambios de humor se necesita una expresión igualmente destacada para permitir mayor entendimiento al público. La gestualidad de la misma forma tiende a ser pronunciada puesto que los elementos se mantienen inmóviles y la obra se basa en un solo lugar. Lo que implica igualmente que los movimientos en escena se lleven a cabo de un extremo a otro, incluyendo sentadas y levantadas de la silla, como en la cama; con el objetivo de darle mayor movilidad y ritmo a la obra.



miércoles, 6 de noviembre de 2013

La Palabra y El Tono

El sistema de signos creado por Tadeusz Kowzan es una estructura elaborada para medir la calidad de un espectáculo, según su autor es ahí donde el signo se manifiesta con mayor riqueza, variedad y densidad. Lo primero que involucra un texto pronunciado es la palabra, aquello que se quiere decir, lo que el actor lleva a la acción, aquel significado que nace de un hecho. Lo segundo es el tono: el vocabulario,  la intención; una palabra puede cambiar por la forma en que es pronunciada, un diálogo cambia según el contexto en el que se diga y según la persona que recibe el mensaje. El tono cambia según la cultura, el grado de vocabulario, los textos se pueden transformar por las variables que lo rodean y por el estado inconsciente de su receptor. 

Las criadas es una obra escrita por Jean Genet en 1947, el texto se basa principalmente en los diálogos entre dos hermanas que están a cargo de las labores domésticas de una casa elitesca, cuyas palabras son impulsadas por el resentimiento que sienten a su condición de vida pobre, lo que hace que escapen a un mundo irreal, se apropien del papel de La Señora y lo amolden a la forma en que ellas se expresarían si estuvieran en su lugar, para luego caer en la realidad de una situación que las hace miserable, cuyas líneas reflejan la envidia y el odio por el destino que viven y la necesidad de cambiarlo es la base que las lleva a planear su muerte de su ama.

“Y si no puedo escupir sobre alguien que me llama Clara, mis esputos van a ahogarme. Mi chorro de saliva es mi diadema de diamantes”. Es una frase de Solange en la que expresa como necesita escapar de su mundo de miseria e ir a un lugar donde ella pueda ser la que somete y no la sometida, pero no es suficiente y está inconforme porque nada es real.

La presencia de La señora las lleva a la sumisión producida por el miedo, la culpa y el intereses de verse beneficiadas por su amparo y las pronunciaciones finales de desesperación son nutridas por el miedo de perderlo todo y la impotencia de no encontrar ninguna solución conforme que resuelva sus tragedias da como consecuencia el suicidio de una de las criadas.

El autor hace énfasis en resaltar mediante el tono, las emociones e intenciones con las que los diálogos son expresados: En los momentos fraternales entre las criadas, la palabra es dicha de forma natural, sin represión; cuando las criadas fingen ser la señora, la intensión del texto se utiliza (en el caso de Clara) con un tono de superioridad al representar a La Señora y en el caso de Solange con resentimiento y reproche. Cuando ambas están en presencia de La Señora, el texto es pronunciado de forma sumisa, en los momentos de angustia entre las criadas la palabra se transforma en desesperación y violencia. En el caso de La Señora su diálogo se basa en palabras de lamento, dichas de forma exagerada y lastimera,  busca la lástima y la admiración a su falsa fortaleza y generosidad.

La obra también tiene un vocabulario rico y a veces difícil de entender para las generaciones más recientes; pero le añaden un criterio peculiar a los personajes que protagonizan la obra y dan un indicio cultural de la época. 



Jean Genet escribió una obra en la que el diálogo es la base de su estructura, el montaje de tal espectáculo gira alrededor de las emociones que se transmiten a través de sus líneas, las palabras son el hilo que contextualizan y llevan la historia y sus significados reflejan el carácter de sus personajes, sus reflexiones y actitudes.